8. ARTÍCULO " LA CULTURA ESCOLAR DETERMINA O ES CONSTRUIDA DESDE LA ESCUELA"
La
implementación de una misión clara, visión compartida y metas que abarcan a
toda la escuela, promueven mejores logros por parte de los estudiantes, la
actitud de los profesores hacia su trabajo en un ambiente con una ideología
organizacional fuerte, participación compartida, liderazgo carismático
fortalecerá la relación con sus alumnos y mantendrá un proceso de mejora en el
aprendizaje de los alumnos pues sabemos que la cultura de la escuela yace en
“las creencias compartidas por profesores y estudiantes.
La
implementación y desarrollo de cambios curriculares planificados
administrativamente va a depender entonces, no solo del propio proceso de
planificación y apoyo que puedan tener, sino que van a ser evaluados por su
grado de congruencia con la cultura escolar existente.
Variaciones en la cultura escolar
1.
Una cultura escolar, como conjunto de expectativas compartidas sobre lo que es
y debe ser, deriva conjuntamente del entorno externo más distante común a
varias escuelas y del contexto próximo inmediato.
2.
Las escuelas varían en la uniformidad de su cultura, esto es, en la extensión
en que las normas generalmente son conocidas y seguidas.
3.
Las normas varían en el grado en que los miembros las perciben como alterables.
Grado de reacción al cambio
4.
La aversión al cambio varía según el carácter de las normas a cambiar y el
grado de novedad del cambio.
5.
Los cambios en las acciones son posibles mediante la frecuente comunicación de
nuevas definiciones de lo que es o debe ser y terminan por hacer cumplir tales
expectativas.
6.
Los cambios en las acciones puede ser previos al cambio cultural, pero no
aseguran la aceptación de las nuevas normas deseadas.
Las
propuestas y estrategias de cambio cultural son dependientes, en principio, de
cómo entendamos la cultura escolar, el cambio cultural incide en los elementos
que condicionan la cultura, con estrategias de control organizativo y gestión
empresarial, como medio para gestionar implícitamente la organización. Por el
contrario cuando se concibe la organización como cultura, el cambio cultural
implica la transformación de la propia identidad (sistema de creencias y
valores socialmente construidos y compartidos) de la organización (González,
1994), por lo que no puede ser gestionada, sino generar condiciones para que
puedan ir emergiendo nuevas asignaciones compartidas de significados a las
experiencias compartidas. Si las organizaciones son cultura, ésta es difícil de
cambiar, sin implicar a toda la organización.
Los
cambios propiamente educativos requieren para ser productivos habilidades,
capacidad, compromiso, motivación, creencias; por eso no se puede hacer cambiar
a la gente, en el sentido de que cambien su manera de pensar. Fullan (1993:
23), por ello, precisa: "Es probable que el mayor problema en la educación
pública no sea la resistencia al cambio, sino la presencia de muchas
innovaciones mandadas o adoptadas acrítica y superficialmente sobre una base
fragmentada ad hoc".
Cualquier
propuesta de cambio debe implicar una reconstrucción cultural del mismo. Hablar
de "reconstruir" culturalmente los centros escolares quiere
significar que debido a la incapacidad de normas o presiones externas para
promover la mejora, el cambio curricular/educativo debe ser asumido por los
miembros como propio hasta lograr institucionalizarse, formando parte -tras un
proceso de resocialización- de las nuevas pautas, actitudes y prácticas de
acción cotidiana. El proceso de reconstrucción de los centros se refiere,
igualmente, a las funciones, procesos y estructuras que puedan generar
internamente las dinámicas de mejora. Esta reconstrucción cultural conlleva un
proceso de aprendizaje: "es el centro -comenta González (1992: 85)- el que
tiene que aprender y capacitarse como organización para ir mejorando cotidiana
y continuamente. Por ello, los procesos que se desarrollen para provocar
cambios han de constituir una fuente de aprendizaje que posibilite ir haciendo
las cosas de otro modo, como parte de la vida cotidiana de la escuela".
REFERENCIAS.
Bolívar,
A. (1996). Cultura escolar y cambio curricular. Bordón, 48 (2),
169-177.
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